Las empresas de hoy se enfrentan a un sin fin de amenazas de carácter ético, financiero, rumores de mercado, campañas de activistas, demandas judiciales colectivas, accidentes industriales y terrorismo. Así como las cuestiones más sutiles que pueden crecer rápidamente y socavar la capacidad de una empresa para competir.
La manera de responder determina a menudo quiénes son los líderes y quién sobrevive en un mercado tan competitivo como el alemán y español.
Para hacer frente a estos complejos retos, los equipos directivos necesitan tener fácil acceso a estrategias y herramientas efectivas. Necesitan experiencia, confianza en consultores que pueden ayudar a guiar la formulación de políticas corporativas para proteger a la empresa, consolidar su posición de liderazgo, y coordinar el apoyo de los interesados y todo eso con la dificultad que requiere hacerlo en otro país distinto al de su empresa.
Necesitan arraigados procesos para evaluar los cambios en los ámbitos social, político, económico y medio ambiental y generar soluciones estratégicas que mejoren el liderazgo y la ventaja competitiva. Y necesitan planes de gestión de crisis que ofrecen las hojas de ruta predeterminada para la protección de los activos corporativos más valiosos durante las situaciones de crisis.
Teniendo en cuenta que todas las empresas tendrán que luchar con las inconveniencias de una o varias crisis a lo largo de su existencia -unas con más suerte que otras- ¿No sería lo más sensato estar preparado para ello? ¿Y si la crisis se dispara en una de sus empresas en Alemania o España? ¿Está preparada su empresa para responder con agilidad y sin cometer fallos?
En RPA PR somos conscientes de cómo las cuestiones escalan, la peculiar dinámica de las situaciones de crisis, y el papel de los grupos críticos, el gobierno y los medios de comunicación.
Ayudamos a directivos y empleados a construir una perspectiva de previsión que les permita reconocer las posibles amenazas lo antes posible y creamos planes de crisis para conocer en cualquier momento lo que se debe hacer sin dejar lugar a la espontaneidad.